El uso de la arcilla con fines terapéuticos y cosméticos es conocido desde tiempos inmemoriales: en Grecia, Hipócrates la utilizaba para aliviar el dolor. En la antigüedad también fue usada por romanos, egipcios y árabes. Durante la primera guerra mundial los médicos alemanes y austriacos obtuvieron buenos resultados utilizando la arcilla por vía oral para casos de disentería, fiebre tifoidea y cólera.
La arcilla representa un grupo de minerales, que forman una roca sedimentaria llamada lutita. Desde un punto de vista químico, las arcillas están compuestas por silicato de alúmina hidratado; acompañado de diferentes óxidos minerales, destacando el hierro, el silicio, el aluminio o el magnesio. Existen según su composición, varios tipos de arcillas, que harán que cada una tenga un color y propiedades características.
En general, todas las arcillas estimulan la eliminación de agentes tóxicos. Poseen propiedades regenerativas, refrescantes, descongestionantes, remineralizantes, purificadoras, cicatrizantes, absorbentes, calmantes, antibióticas y antibacterianas.
Arcilla blanca o caolín
su principal propiedad es la absorción de sustancias nocivas en el tubo digestivo. Posee un alto poder desintoxicante, antibacteriano y cicatrizante además de ayudar a regular el PH intestinal si se utiliza por vía oral, mezclada con agua o infusiones.También se utiliza para la limpieza dental.
Arcilla roja
debe su color rojizo a un mayor contenido de hierro y aluminio, lo que le otorga propiedades astringentes, antiinflamatorias y descongestivas. Muy indicada para problemas circulatorios y cuando hay presencia de calor localizado en una zona (ayuda a controlar la fiebre colocando una cataplasma en la frente).
Arcilla verde
debe su color a los óxidos de hierro y de magnesio. Es muy rica en oligoelementos. Tiene gran capacidad de absorción, regulando el exceso de grasa, y es altamente purificante, por lo que está particularmente indicada para pieles grasas o con impurezas en mascarillas cosméticas. Con gran capacidad anti-inflamatoria, se utiliza generalmente en forma de emplasto en muchas patologías como edema, retención de líquidos, celulitis, inflamación, dolores articulares, dolores musculares, golpes, hematomas, etc.
Arcilla amarilla
rica en hierro y potasio. Se usa para problemas óseos, ya que remineraliza y activa la reparación de los tejidos, músculos y ligamentos y limpia los órganos internos.
Las arcillas se suelen vender en su forma natural en polvo para mezclar con líquidos o en tubos o frascos ya listas para utilizar. Algunos tipos de arcilla, como la arcilla blanca, también se pueden encontrar en forma de cápsula o comprimido para uso interno.